El artista ¿ Puede esperar algo de la sociedad ?

(Escribe daniel otero)¿que espera el artista de la sociedad y de quienes ejercen el mandato?

 

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Transitan los artistas por la vida dando todo. Sueños, trabajos, proyectos, esperanzas. Pero…¿Qué hay del otro lado? Es un espejo de su imaginación lo que ve, o es una realidad? Los artistas dejan todo por seguir un ideal, una  modalidad de lucha que es el arte en sí mismo, con fuertes convicciones que lo acompañan toda su vida. Pero desde el otro lado…¿se valora esta noble acción?

 

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En una sociedad distópica, con disvalores sociales por doquier, en donde el comercio, la moneda, la transacción material signa cualquier espacio, el artista sigue en taller creando. Ahora cabe la pregunta:¿ responde la sociedad ante este estímulo, o es un intento invàlido más, de los muchos que existen a diario? Esta sociedad que circunda, recrea al artista ¿se merece los esfuerzos que en demasía otorga a diario el artista?

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Cabe entonces el interrogante: ¿Cómo sería la sociedad sin el arte? ¿Cómo sería un mundo sin plásticos, sin videos y sin escultores? Funcionaría igual, mejor o peor?. Si un día nos levantásemos y habrían desaparecido todos los museos y las galerías de arte ¿alguien diría algo, elevaría una queja?

 

Los artistas transitan su sendero sin prisas y sin quejas. Su convicción va mucho mas allá de cualquier cuestión política o social. Viven creando permanentemente y enviando mensajes en botellas al mar que quizás, nunca serán leídos. O tardíamente.

Muchos de estos mensajes son de manera directa a quienes gobiernan y manejan los recursos. Pero son los menos. El artista emite mensajes crípticos a veces, codificados, envueltos en la telaraña de su creación. Posee una sintonía muy fina que no todos pueden captarla. Es una señal sutil y a veces difícil de sintonizar.

 

Quizás haya que afinar los sentidos –desde lo social y desde quienes gobiernan- para hacer coincidir estas frecuencias en un  mismo canal. La creación humana es –a futuro-el mayor capital que puede tener una sociedad civilizada. El ímpetu creativo es –sin lugar a dudas- la mayor fuerza en donde reside la energía creadora. Una gran parte del rasgo social que nos caracteriza, se debe precisamente al arte. Está inmerso en todo lo que nos rodea o hacemos, a nuestro paso y en nuestro tránsito.

 

Pero sería bueno que del otro lado, exista una mayor comprensión y mayores latencias hacia el arte que se genera cada día. Mayores posibilidades de cohabitar los espacios y mayores idearios para realizar.

 

Todos los días millares de creadores se levantan y se encaminan en una ceremonia hacia sus talleres, estudios o espacios. Dibujan, pintan, esculpen, fotografían, cincelan, encuadran, fabrican esa materia preciosa que se llama “arte”. Pero…¿Cuánto de eso llegará a ver la luz? ¿en que intrincado proceso de selección, descarte calificación quedará el resto? ¿Quiénes de los miles de nombres que llenan las guías telefónicas se llegarán hasta las galerías, los teatros o los museos para disfrutar la producción?¿Cuales de los encumbrados funcionarios que entregan premios conocen las recónditas profundidades, sombras y oscuridades de lugar de origen y creación en donde mora permanentemente el artista?

 

En el año 2013 un grupo de artistas se reunió en la peatonal de la ciudad de Santa fe, con tres megáfonos. La finalidad era declamar sus poesías al aire libre sin ningún tipo de presentación ni formalidad. Y así fue. La gente se detenía a mirar y el aire se llenó de palabras y gestos de acción desde una plaza.

 

Ser artista es una misión que trasciende todo otro objetivo humano. Enlaza lo material con lo espiritual, lo etéreo con lo carnal, abre portales de accesibilidad en la nada, genera explosiones en el universo a cada instante, potencia cualquier acto en donde tenga lugar. Jamás un artista podrá ser otra cosa que no sea su materia o esencia. Podrá simularlo, ejercer cualquier oficio, adaptarse a cualquier situación o contexto. Pero siempre en todo lo que haga, toque, comunique o sintetice, habrá un broche de luz y chispa creadora que proviene de su psiquis interior, de su universo rebosante de ideas y creaciones, de su aura interior que lo convierte, precisamente, en artista.

 

Pero de veras, sería lindo que haya mas “feed back” desde el otro lado. Que muchos, al fin, despierten de su letargo y valoren el esfuerzo y la creación.

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